-¡Por favor, ayúdame! —dijo Jaime.
—¿Qué hiciste esta vez? —preguntó Arturo.
—Maté al hombre invisible.
—¿Qué? ¿Dónde?
—En el parque.
—¿Cómo fue?
—Con el bate de béisbol. De casualidad.
—¿Cómo sabes que era el hombre invisible?
—Lo escuché quejarse y lo sentí, era delgado y pequeño. Cayó sobre el pasto y aplastó las hierbas.
—Pucha, ¿alguien te vio?
—No. No había personas cerca.
—¿Y «ellos»? ¿No te vieron?
—¿Quiénes?
—La gente invisible.
—¿Qué?
—Quizá había más personas invisibles por ahí, pues.
—¡No!
—Podrían tomar represalias.
—¡Mierda!
—¡Corre! ¡Huye de una vez!
—¡Auxilio!
Arturo se rió a carcajadas. De inmediato se dirigió a su casa, satisfecho del gran susto que le diera a su imaginativo amigo.
No escuchó los gritos.
Jaime solo había avanzado dos cuadras cuando fue cogido y destrozado por seres a los que no consiguió mirar. Y a los que nadie más vio vengarse.
Carlos Enrique Saldivar Estudió Literatura en la UNFV. Es director de la revista Argonautas y del fanzine El horla, ambas publicaciones impresas de literatura fantástica. Ha publicado reseñas, artículos, poemas y relatos en diversos blogs y revistas. Cuentos y poemas suyos han aparecido en algunas antologías peruanas e internacionales. Ha sido finalista de los Premios Andrómeda de Ficción Especulativa 2011 en la categoría: relato. Ha publicado los libros de cuentos Historias de ciencia ficción (2008), Horizontes de fantasía (2010) y El otro engendro (2012). Compiló las selecciones Nido de cuervos: cuentos peruanos de terror y suspenso (2011) e Infrarrojos: una selección de fantasía, terror y ciencia ficción (2011). Forma parte del taller de creación literaria Los forjadores y del grupo Locus de escritores y seguidores peruanos de la literatura fantástica y otras vertientes del arte no realista.